Camino por fleteros. Me digo “Que hago aquí?” Por un momento siento nerviosismo pero es solo un momento. Me relajo. Veo muchos vehículos y pienso que se trata de algún salón. El tan a preciado Taxi se nota afuera del “salón”. Me doy cuenta que no es un salón, que se trata de los Rieles, no sabía que quedaba ahí.
¿Qué pedo? Pensé, aparte de que voy caminando solo, me topo con ese lugar. El peligro se incrementa. Subo al Taxi y me retiro.
Poco antes de llegar el Taxista a mi casa por poco les da por alcance a unos alcohólicos.
Llego bien, duermo.
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