Ya adolescente Leal tenia de novia a una vieja que le superaba en edad casi por 7 años. Ya madurona con un huerco encima Leal se enamoro de ella y a pesar de que estaba correteada la vieja nunca le dio las nalgas a Leal, era obvio. Leal no aparentaba poder con el paquete de ella con un hijo.
Todo repercutía en una simple cuestión, dinero. El día que cumplió años la vieja de Leal al no tener lana le pidió a su Papa algo para invitar a salir a su vieja. En ese momento se había abierto un restaurant Buchacas en el centro comercial La Fe y sabia bien leal que no podría con el paquete.
Opto por algo sencillo. Un pastel y su regalo sorpresa. Leal compro un pastel y debido a que le apenaba llegar con él a casa de su vieja lo que hizo fue de quedar con ella para que fuera esta a la parada de camión más cercana para que lo recogiera. Llegando a la casa de la novia todo era normalidad. Había una reunión pequeña entre un par de amigas de la festejada y los hermanos de esta. Leal nunca probó el pastel ya que los hermanos de su vieja se lo comieron todo en ese momento. Realmente nunca me entere que tan grande estaba, pero Leal cuando me narro la situación me conto con sumo enojo como los hermanos lo devoraron.
Llego el regalo para la novia. Salieron de la incomodidad para Leal que le albergaba la casa de la novia y se dispuso a darle su regalo. No se trataba de perder el virgo el Leal para con ella, era lo que menos esperaba Leal, que esta vieja se lo cogiera o alguna fantasía sexual hiciese con el. Leal opto al no tener mucha lana y descartar al restaurante El Buchacas por completo, comprarle en el puesto más cercano unos suculentos tacos.
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