martes, 30 de marzo de 2010

El Leal. Los Pininos.

Era en la plaza Morelos, centro comercial muy concurrido ya ahora por la naques citadina, donde el Leal se disponía a descansar después de una larga caminata de compras de vista con su padre.

Compras de vista. (Cuando aparentas comprar algo en Morelos y tienes una bolsa pero ya habías llegado con ella, aparentando de que estas comprando en alguna boutique del lugar)

Estaba sentado con su fiel padre, quien tenía el aspecto de Leal pero ya con una edad avanzada, marcadas arrugas y voz ronca de tanto hablar. Mientras descansaban venían el ir y venir de la muchedumbre y el padre del Leal vio como su hijo  como mencione anteriormente, una vil copia de el, miraba con atención a una linda chica que paseaba por el lugar.

Sin contenerse y viendo con orgullo la hombría ya inicial de su primogénito le dijo lo que todo padre le debe de decir a su hijo en una situación así…

“Mijo… ándele invítele un chopo”

“Hay a'pa como cree….”

“Ándele mijo para que le saque platica, invítele un chopo”

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