Leal había terminado con aquella novia quien quiso conquistar por siempre con unos tacos. Se lio con otra que era grupera. Nunca llego a más que sexo oral logrando sofocarse el Leal en una ocasión por el intenso olor que tenía la vieja en cuestión. Leal por su parte era eyaculador precoz y a falta de aguantar opto por hacerle una mamada a la vieja topándose con tan incómoda situación. Aquella vez la vieja solo sonrió y dejaron el acto para alguna otra ocasión.
Como siempre interrumpiendo mi grata estancia en mi hogar después de un duro día en el trabajo, Leal se sentía especial y opto por visitarme y preguntar las inquietudes del día.
“Oye Chavo…. ¿A ti nunca te han pescado los federales en el paradero del aeropuerto rumbo a pesquería con una nalga?”
“jajajjaja…. aaaaaaggggggghhhhhhhhhh Leal, yo ni si quiera tengo carro guey”
“No pos a mi sí, lo que pasa es que estábamos fajando con madre guey cuando de repente vi una linterna en el vidrio, me torcieron con los pantalones abajo…. Los federales estaban bien filosos y me dijeron que me vistiera y mientras los gueyes se fueron sobres de los otros carros de pedo…. Pos que se les duerme el gallo guey y prendo el carro y me les pele”
“Esa fue esta vez, la vez pasada me torcieron en una colonia de esas nuevas, pinches vatos guey, el poli estaba bien filoso y no se dejaba”
No hay comentarios:
Publicar un comentario